Taller 28: Medico de médico. Comunicación entre profesionales en el proceso de enfermar de los médicos

Ponentes

Bárbara Marco Gómez

Doctora en Medicina. Especialista en Psiquiatría

Hospital Royo Villanova Psiquiatra

Doctora en medicina en 2021, tutora de residentes

Alba Gallego Royo

Médica de familia y comunitaria en pausa momentánea para ampliar la visión como R2 de medicina preventiva y salud pública, intentando aprender y conocer más la salud de manera más global. Además me gusta investigar y doy mis pinitos entorno a la bioética, la salud comunitaria y la atención primaria. Co-Coordino el PACAP Aragón y me entusiasman las nuevas tecnologías.

Resumen

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Los médicos cuando enferman presentan un conflicto interno, pues se han formado para tratar pacientes, pero no para considerarse a sí mismos como tales. Los comportamientos habituales del médico que enferma van desde la negación al autotratamiento, siendo frecuentes los retrasos diagnósticos, falta de seguimiento reglado e incumplimiento del tratamiento: En definitiva, un manejo de la enfermedad diferente al de cualquier otro paciente. 

Según la bibliografía existente, los profesionales sanitarios enfermos presentan, aspectos característicos y diferenciales frente a otros grupos profesionales y la población general. Y algunas de las actitudes de los médicos ante su propia salud abarcan diferentes aspectos que tienen que ver con su condición de médico, por ejemplo: sentirse con el conocimiento experto de la enfermedad que padecen, conocer los medios diagnósticos y de tratamiento, conocer el ambiente y funcionamiento de los centros sanitarios, la falta de apreciación de los límites de sus conocimientos. 

Además, el médico cuando enferma tiende a realizar un uso inadecuado de los servicios (consultas de pasillo, etc). En muchas ocasiones soslayan los circuitos administrativos ordinarios, y no siguen los consejos terapéuticos, cuestionando las indicaciones que les dan sus compañeros, o recurriendo a la automedicación. Pero las dificultades no parten solo de los médicos que enferman, sino que este problema viene acentuado por el hecho de que tampoco los médicos consultados por otros colegas actúan, en muchas ocasiones, como terapeutas profesionales, sin saber cómo establecer una adecuada relación médico paciente. Esto es así porque los compañeros consultados con frecuencia se sienten presionados, tensos e inseguros, llegando incluso a rechazar de forma activa atender a otros médicos. De tal forma que no solo los médicos enfermos son reacios a pedir ayuda, sino que cuando lo hacen, sus compañeros muestran escasa motivación para intervenir o dan respuestas inadecuadas. 

Algunos ejemplos de acciones que promueven una mala relación terapéutica con el médico enfermo son: no abrir una historia clínica del caso, dar excesiva información o por el contrario asumir conocimientos, abandonar al paciente, hablar de él, no citarle en el despacho cuando son abordados en el pasillo o por teléfono, no derivar el caso a otro médico cuando ambos son amigos o parientes cercanos, no llamar la atención al paciente cuando éste no sigue las indicaciones terapéuticas, etc.


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