Los profesionales de la salud transitamos por diferentes etapas (formativa, juventud, senior, consultor), pero, por desgracia, el simple trascurrir de los años no garantiza una mejor calidad. Vamos a examinar brevemente en estas etapas para identificar lo que podemos llamar un círculo virtuoso y otro de mediocridad. Una atención centrada en el paciente implica complementar la mirada semiológica con una mirada biográfica, atenta a los aspectos que podemos aportarle al paciente para mejorar su calidad de vida. Esta manera de mirar al paciente, a la vez focal y general, exige disciplina de hábitos, reflexión y manejo de la incertidumbre. Un gran reto si tenemos en cuenta la falta de tiempo y los muchos “ruidos” que interfieren la comunicación asistencial. Por ello deberíamos comparar nuestra carrera profesional a una maratón, para la que nos hemos de preparar mental y físicamente. Cuidarnos es premisa para poder cuidar. Mantener la ilusión es premisa para ser resilientes.
A cargo de Francesc Borrell Carrió